La onda y la frecuencia del voltaje de suministro pueden alterar el efecto de la corriente eléctrica en los animales. En consecuencia, con frecuencia se culpa al aturdimiento eléctrico de problemas de calidad de la carne que causan una degradación de la carcasa. Como resultado, a veces se hacen ajustes en el equipo eléctrico que podrían comprometer el bienestar animal.
Los aturdidores más convencionales operan con la misma onda sinusoidal de 50 Hz que la corriente eléctrica general (Figura 3b). Sin embargo, las investigaciones han demostrado que la estimulación directa del músculo es responsable de las condiciones de degradación. Incrementar la frecuencia de la onda aplicada a 1500 Hz reduce significativamente el nivel de estimulación directa al músculo y los fabricantes han diseñado equipo que aplica corriente de alta frecuencia mediante una corriente de baja frecuencia. Las investigaciones también han mostrado que, a pesar de que la estimulación eléctrica de los músculos en el aturdimiento puede provocar salpicado de sangre, hematomas y huesos rotos, estas condiciones también dependen de otros factores como: la fuente, raza del animal, nutrición, cambios de temperatura previos al sacrificio, manejo antes del sacrificio y contacto interrumpido de los electrodos de aturdimiento. Todos estos factores pueden ser responsables de la frecuencia y la naturaleza arbitraria de la incidencia de degradación entre animales individuales. Todos ellos deben ser investigados minuciosamente antes de efectuar cambios de configuración en un aturdidor.
No se debe realizar ningún cambio en la configuración de un aturdidor que pudiera comprometer el bienestar animal con el objetivo de rectificar problemas de calidad de la carne.
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